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jueves, 6 de junio de 2013

La sangre del poeta mudo

Incapaz de ser voraz en el asfalto
Nueva Guinea espera un viaje del lector
Mano que juega con los dioses en lo alto
Rabia que besa un saludo interventor

Dioses del limbo, lo demoran entre risas
Ven un arcangel del cemento y se defloran
En conjeturas vuelan liquidos de misas
Sin meditarlo ven al monje y lo devoran

El poeta mudo volvio a hablar luego de meses
Plasmo una equación olvidada por el viento
Cubria  el arte del misterio ya con creces
Pese al silencio, lo más fino de su aliento

Emprende hoy el camino irregular
Con una paz tan sedienta que atrapa
Su piedra el Sol y ese miedo de boyar
Virtud su centro lo acompaña como un mapa

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